OBJETOS GRAFICOS.


Autor: Mario Bolchinsky

El Grabado ha constituido su especificidad sobre criterios y categorías formales que desarrolló y sostuvo durante siglos. Que las estampas tengan como soporte “natural” el papel, que sus imágenes sean múltiples a través de la mediación de una matriz, y que se independicen para mostrarse bajo vidrio sobre una pared, son construcciones que la disciplina legitima como inherentes a su práctica.
Sin duda esta muestra pone de manifiesto en primer termino, que las necesidades de expresión deben buscar las formas adecuadas para cumplirse de manera congruente.
Buscar salirse de los límites que a priori determina una disciplina, no debe basarse en el capricho, ni en el ejercicio deportivo de una transgresión, sino más bien en la interrogación sobre las necesidades discursivas, y sobre que dispositivo cumple de modo eficiente con esas necesidades, o sea el problema es el de elegir la mejor forma posible.
Por esto, las diversas propuestas que aquí vemos, amplían y enriquecen los márgenes del campo del grabado tradicional y van configurando con sólidas bases, lo que desde hace un tiempo hemos llamamos Arte Impreso.
Si bien lo gráfico nos es habitual, no deja de sorprendernos que responde a una práctica artística en la que se corta, se desbasta, se presiona, se imprime, se muerde y se protege, se pule y se bruñe, se desgarra y se corroe.
Donde se manejan ácidos, y fórmulas de extrañas mixturas. En donde la originalidad se da sin original, y en donde la matriz se la anula rayándola en rituales casi funerarios.
Y que después de siglos, este trabajo entre artesanal y alquímico, se desplaza al campo fotográfico en la búsqueda del instante y su revelación.
¿Que clase de pensar se esconde tras estas operaciones?
Los objetos gráficos serán aquellos que, no solo se recortan por su identificación de objetos, sino que presenten características gráficas, es decir que sean sostenidos y a su vez sostenedores de modos visuales que respondan, se hagan responsables, del pensar gráfico.

Ahora bien, dentro de la esfera del arte el objeto artístico se lo entiende mas por lo que no es que por su especificidad.
Es una categoría que se establece por una difícil clasificabilidad, por su facultad de interrogarnos, por su labil inteligibilidad.
Se podrá decir que los objetos son materia común dentro del arte, y que se ganó un lugar dentro de las formas de producción artística, esto no oculta que su aceptación no indica necesariamente su comprensión, ni que haya perdido por familiar, su poder de extrañamiento y su llamado al pensamiento.
Objeto = Ob – yecto
Es eso que está yecto, parado en oposición a uno, en esa relación primaria de conocimiento y percepción.
De entrada estamos en ese mecanismo en que un sujeto se constituye en oposición a eso que son los objetos, en un descendimiento a la pregunta por lo que hay, a una especie de detenimiento primero que nos sitúa y nos interroga.

La adjetivación de gráfico permitirá al menos la fijación de algunas características visivas que familiaricen estas obras, con el mundo del grabado y el arte impreso.
Lo que carga a estos objetos de un carácter indicial, es decir de huella, de algo que estuvo y actuó allí.
Objetos del campo de lo múltiple, de lo no único de lo seriado y repetido.
Paradójica esencia la de objetos que establecen su alzarse-delante constituyente, mediante rasgos venidos de las tecnologías industriales, del lenguaje cotidiano de la vida massmediática y comunicacional. De entidades discursivas facturadas por máquinas y mecanismos de la gráfica.
Objetos-obras que recortan su individualidad mediante el lenguaje y los procesos de la reproductibilidad técnica
Estas propuestas nos ubican entre lo habitual y el extrañamiento, entre lo conocido y lo sorprendente.
O mejor dicho muestran lo extraño en lo habitual, como manera de atraer a la pregunta.
Pregunta que tendrá múltiples respuestas a lo largo de la muestra, y que nunca será completamente acabada.
Seguramente el limitado intento reflexivo de estas líneas será superado por los asistentes a esta exposición, pero de todas maneras si tuviese objeto alguno, es el de responder al llamado por la interrogación en sus poéticas y auspiciar en el futuro su continuación.